20 de agosto de 2009

Letras y ciudades

Visitar estas ciudades puede ser un déjà vu constante, ya que aunque las recorras por primera vez, sus calles, su gente y espíritu quedaron impregnados para siempre en la obra de las plumas más conocidas de todos los tiempos.
Desde Tokio hasta la colonia Roma, en la Ciudad de México, te invito a acompañame en este recorrido por diez destinos imprescindibles para los amantes de la literatura.

1. San Petersburgo y Dostoievski

Aunque Fedor Dostoievski (considerado como uno de los escritores más importantes del mundo) nació en Moscú, vivió en San Petersburgo desde los 16 años y murió ahí mismo. Es en esta ciudad donde comienza a interesarse por la literatura al estudiar la obra de Shakespeare, Pascal, Schiller y Víctor Hugo.
Los ciudadanos más humildes de San Petersburgo son los protagonistas de su primera novela, Pobres gentes (1846), y la ciudad es el escenario de una de sus obras capitales, Crimen y castigo (1866).

2. París y Julio Cortázar
Este escritor argentino, que logró romper con los esquemas de la literatura tradicional, vivió en París desde los 37 años y hasta el día de su muerte. De hecho, en 1981 se le otorgó la ciudadanía francesa.
París es el escenario de la primera parte de su gran obra maestra, Rayuela (1963), una novela que puede ser leída de mil maneras y que nunca es el mismo libro. En la película de Alain Caroff y Claude Namer Julio Cortázar (1980), el escritor dice: "Toda la primera parte que sucede en París es la visión de un latinoamericano, un poco perdido en sus sueños, que se pasea en una ciudad que es una inmensa metáfora".

3. Tokio y Haruki Murakami

Sin duda Murakami es uno de los escritores japoneses más aclamados a nivel mundial en la actualidad, gracias a su peculiar narrativa que confunde lo onírico con la realidad.
Tokio Blues, Norweigan Wood, novela que lo puso en boca de la crítica mexicana, resalta la belleza de los rincones menos obvios del Tokio de los sesentas. After Dark, la última novela de este autor que ha sido traducida al español, dibuja a esta misma ciudad como un paisaje nocturno y abrumador.

4. Buenos Aires y Jorge Luis Borges
Dos constantes en la literatura de Borges son el infinito y Buenos Aires. A esta ciudad dedica su libro de poesías Fervor de Buenos Aires, donde dice: "Los años que he vivido en Europa son ilusorios, yo estaba siempre (y estaré) en Buenos Aires".
Uno de sus cuentos más famosos y extraordinarios, El Aleph, creó "un lugar donde están, sin confundirse, todos los lugares del orbe, vistos desde todos los ángulos", en un sótano de la calle Garay de dicha ciudad.

5. Corleone y Mario Puzo

Este pequeño pueblo ubicado en Sicilia fue inmortalizado en la obra maestra del escritor Mario Puzo, El Padrino, que más tarde Francis Ford Coppola convertiría en una trilogía cinematográfica. Puzo fue acusado de romper la "Omerta", el pacto sagrado siciliano de silencio, pues en su obra señaló a la mafia, al gobierno y a la sociedad.
Corleone es la ciudad natal del emblemático "Don Vito Corleone", protagonista de la novela de Puzo. Y fuera de las páginas, ya en el mundo real, también es lugar de nacimiento de Salvatore Toto, uno de los miembros más famosos de la mafia siciliana.

6. Pamplona y Ernest Hemingway

Cuando Hemingway llegó por primera vez a Pamplona, las fiestas de San Fermín acababan de iniciar. Lo que el escritor vivió ahí es algo que no olvidaría jamás, pues asistió a esa misma celebración en ocho ocasiones más. El juego del hombre con el toro y la muerte le impactó tanto que lo eligió como escenario en su primera novela exitosa Fiesta (1926). Esto proyectó a la controvertida fiesta de los Sanfermines en los ojos del mundo. Por ello, hasta la actualidad, todos los años esta celebración incluye obras de teatro y homenajes dedicados al escritor.

7. Lisboa y Fernando Pessoa

Uno de los poetas más importantes de la lengua portuguesa, conocido por escribir a través de diferentes personajes en distintos estilos y voces, sigue latente en la Lisboa actual. Hay lápidas y estatuas que conmemoran al escritor por toda la ciudad. Las vitrinas de algunas tiendas atesoran objetos personales y primeras ediciones de sus libros. En el edificio donde pasó sus últimos años, se ha instalado la Casa Fernando Pessoa que cuenta con un auditorio, jardín, salas de exposiciones, objetos de arte y una biblioteca dedicada exclusivamente a la poesía de este gran autor.

8. Edimburgo y J. K. Rowling

Amada por unos y odiada por otros, la saga de cuentos que da vida al mago más famoso del mundo es un tema que despierta pasiones en la actualidad. Años atrás, cuando la escritora J. K. Rowling aún vivía de la asistencia social, visitaba una pequeña cafetería de Edimburgo llamada "The Elephant House" en busca de un lugar con calefacción. Aquí se escribieron las primeras páginas de Harry Potter. Las similitudes entre los escenarios por los que paseaba la autora en aquellos tiempos y los que aparecen en el cuento, son indiscutibles: cementerios, escuelas, el puente en el bosque escocés y hasta el Castillo de Edimburgo remiten a los seguidores de esta saga a los escenarios que Rowling describe en sus páginas.

9. Aracataca y Gabriel García Márquez

Muchas preguntas surgieron cuando en 1967 Cien años de soledad, considerada una obra maestra de la literatura universal, se publicó por primera vez. Pero quizá una de las más recurrentes fue: ¿Dónde está Macondo?
García Márquez declaró en varias ocasiones que Macondo no es un lugar, sino un estado de ánimo. Pero quienes han visitado Aracataca, su tierra natal, aseguran que fue este lugar el que inspiró al autor. De hecho, en el 2007, cuando este Premio Nobel regresó a esta ciudad después de 24 años, sus habitantes lo recibieron con una pancarta que decía "Bienvenido al mundo mágico de Macondo".

10. La colonia Roma y José Emilio Pacheco


Tal vez una de las novelas más inocentes y al mismo tiempo críticas de la sociedad mexicana sea Las batallas en el desierto de José Emilio Pacheco, que más tarde inspirara a la canción del mismo nombre del grupo Café Tacvba y a una película dirigida por Alberto Isaac, Mariana, Mariana (1986). Esta historia retrata la colonia Roma de finales de los años 40, los problemas durante el gobierno de Miguel Alemán, la influencia norteamericana en la sociedad y la doble moral de la clase media de aquella época.

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