30 de septiembre de 2009

Su boca sabrá a ajenjo

"Una densa niebla flotaba baja sobre el cementerio cuando llegamos allí aferrándose a nuestros tobillos, envolviendo las lápidas de madera y piedra, fundiéndose bruscamente en algunos lugares para revelar una retorcida raíz o una mancha de ennegrecida hierba...La tierra en una esquina del cementerio parecía más negra que el resto. La tumba que buscábamos estaba marcada tan sólo por una tosca cruz de madera quemada y retorcida. Éramos hábiles en el arte de violar a los muertos; pronto teníamos el ataúd al descubierto. Las planchas estaban curvadas por los años en la húmeda tierra. Louis abrió la tapa con su pala, y a la escasa y acuosa luz de la luna miramos lo que había dentro..."

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